martes, 14 de abril de 2020

La Mujer en la II República

Desde la Restauración la mujer fue adquiriendo un atisbo de protagonismo casi exclusivo en el mundo familiar en una sociedad conservadora que reservaba la educación y protagonismo para el hombre y marcaba para la mujer el horizonte el papel de buena madre y una fiel esposa.

La II República fue el periodo en el que alcanzamos la máxima cuota de igualdad, en la sociedad machista por naturaleza.
Hasta entonces las mujeres españolas habían tenido un papel pasivo y discriminado, su lugar en la sociedad era el de esposa y madre, dependiente siempre del hombre (padre o marido).

En 1930 había unos 6 millones de familias de las cuales el 85% eran familias obreras y campesinas.
En cinco millones de ellas, las mujeres realizaban exclusivamente las tareas domésticas. La incorporación de la mujer al mundo laboral estaba obstaculizada por la alta tasa de analfabetismo y a la falta de medios estructurales que facilitaran la incorporación al trabajo a las mujeres con hijos e hijas.
Respecto de la población activa femenina a comienzos de los años 30 era del 24%, del cual, el 80% eran mujeres solteras y viudas. Estas últimas, se veían obligadas a trabajar para sacar a la familia adelante al no haber ningún tipo de pensión de viudedad. Las casadas, para poder trabajar, necesitaban el permiso del marido, así como para trasladarse de su casa a otra población donde vivía su familia, no podían disponer libremente de su salario pudiendo el marido optar a él, incluso en los casos de separación judicial entre ambos cónyuges.
La sociedades conservadoras solo han permitido algún avance a las mujeres según las necesidades de la clase social a la que perteneciera para beneficio del varón.
Sin embargo, ésta situación fue cambiando paulatinamente, siempre con el recelo de la sociedad muy conservadora y la mujer se fue integrando en la vida social y política del país.
Las mujeres burguesas empieza a colaborar con la empresa familiar y necesita tener estudios que le permita llevar sus quehaceres con éxito, así algunas estudian bachillerato y carreras de grado medio y son pocas las que se atreven a ir a la Universidad, las primeras que lo hicieron, acudieron a ella disfrazadas de hombre, como si estudiar una carrera universitaria fuera un delito. Las de las clases populares, que eran la mayoría, cuando trabajaban fuera de casa lo hacían en el servicio doméstico y como modistas, en los trabajos más duros.
Con el final de la I Guerra Mundial, el feminismo europeo entra en España, sobre todo el eco de que en el Reino Unido en 1927 podían votar en igualdad de condiciones que el hombre. La moda tanto francesa como americana hace furor en los “felices años veinte”, se va incorporando paulatinamente el uso del ferrocarril , el automóvil, la radio el fútbol y el cine etc. donde se difunde un modelo de mujer al que la sociedad española no estaba acostumbrada y algunas muy atrevidas son capaces de imitar, pero sin el beneplácito machista a las que se les tildaba de de mujeres no fiables.
Con la llegada de la II República, es cuando este cambio se hace más profundo; la Constitución del 31 en su artículo 36 extendió el voto a las mujeres en igualdad con los hombres.
La mujer dejó de ser un sujeto pasivo en la sociedad para tener voz propia y ser sujeto de su propio destino independiente de sus parientes masculinos.
El número de alumnas se duplicó en todas las enseñanzas, incluso en la universitaria.
Las nuevas leyes republicanas también fomentaron la incorporación de la mujer en la sociedad, se admitió el divorcio, se despenalizó el adulterio femenino, se normalizó el empleo de la mujer en la función pública, se admitió en las carreras de Registradores y Notarios y podían desempeñar la actividad de la abogacía en igualdad con los hombres y en cualquier otra actividad relacionada con la actividad pública, eso si, quedó relegada de las actividades militares.
Es importante indicar que, en 1933 había en las Cortes seis mujeres pero fueron en partidos catalanistas y vascos donde la mujer logró mayor cuota de poder, en las filas femeninas del PNV se contaban hasta 20.000 afiliadas.
Con todos sus derechos civiles muchas mujeres ocuparon importantes cargos públicos, así fueron diputadas, Victoria Kent, Clara Campoamor (artífice del derecho de la mujer a votar, tras muchos debates en el Parlamento) y Margarita Nelken. Destacables mujeres, también fueron la ministra de Sanidad Federica Montseny y Dolores Ibárruri “ Pasionaria” dirigente indiscutible en el Partido Comunista.
En el mundo intelectual destacaron; Rosa Chacel, Carmen Conde y María Zambrano, entre otras. En el mundo del deporte, Lilí Álvarez llegó a la final del torneo de tenis de Wimblendon.
Con el Golpe de Estado de Franco y la guerra civil todo esto se apagó y la mujer volvió a su papel anterior a la II República, deberíamos esperar muchos años para que la mujer se integrará definitivamente en la sociedad en igualdad formal con el hombre.
De acuerdo con Corre la Voz, el siglo XX español está marcado por un complejo proceso de inestabilidad política: dos repúblicas, una guerra civil, una larguísima dictadura, la transición a la democracia y la vuelta de la monarquía.
Durante la II República, con la Constitución de 1931 y las leyes promulgadas posteriormente la situación de las mujeres comenzó a cambiar: se eliminaron privilegios reconocidos hasta ese momento exclusivamente a los hombres, se reguló el acceso de las mujeres a cargos públicos, se logró el derecho de voto a las españolas por la lucha incansable de Clara Campoamor, se reconocieron derechos a la mujer en la familia y en el matrimonio (se reconoció el matrimonio civil, el derecho de las mujeres a tener la patria potestad de los hijos, se suprimió el delito de adulterio aplicado sólo a la mujer y se permitió legalmente el divorcio por mutuo acuerdo). Por otra parte, se obligó al Estado regular el trabajo femenino y a proteger la a maternidad (se prohibieron las cláusulas de despido por contraer matrimonio o por maternidad, se estableció el Seguro Obligatorio de Maternidad y se aprobó la equiparación salarial para ambos sexos).
En el ámbito de la educación, se permitieron las escuelas mixtas y la coeducación, se abolieron las asignaturas domésticas y religiosas y se crearon escuelas nocturnas para trabajadoras. Se redujo significativamente el analfabetismo femenino. En Cataluña, incluso, se llegó más lejos, y se permitió la dispensación de anticonceptivos, se despenalizó y legalizó el aborto, se decretó la abolición de la prostitución reglamentada y se prohibió contratar a mujeres en trabajos considerados como peligrosos o duros.
De todos estos cambios en el sistema político español del último siglo, la Segunda República (1931) fue un período intenso e interesante, en tanto que dio un impulso de progreso, cultura y libertad al Estado Español; truncado brutalmente por el levantamiento militar y la guerra civil. De este modo, la II República supuso, especialmente para las mujeres, un cambio liberalizador importante.


lunes, 13 de abril de 2020

Rosario la Dinamitera: dignidad y lucha.





     Nacida el 21 de abril de 1919 en Villarejo de Salvanés (Madrid), fue una de las primeras mujeres en alistarse en las milicias que combatieron en la Guerra Civil contra las tropas golpistas que se alzaron contra la legalidad democrática de la República. Tenía sólo 17 años el 18 de julio de 1936, cuando se sublevó gran parte del Ejército.
    Hija del presidente de Izquierda Republicana de Villarejo de Salvanés, partició activamente en la defensa de Madrid. Sin decir nada a su familia el mismo 18 de julio de 1936 se alistó como voluntaria de las JSU, y al día siguiente de madrugada marchó a la Sierra camino de Buitrago donde formaron unidades de choque bajo las órdenes de Valentín González, El Campesino. Tras finalizar la guerra en la Sierra, Rosario fue destinada a la sección de dinamiteros bajo las órdenes de Emilio González, minero asturiano experto en dinamita que les enseñó a fabricar granadas de manera artesanal.
     Rosario fue la única mujer de la sección de Dinamiteros.
El día anterior al accidente de Rosario  llovió toda la noche mojando las mechas que se quemaron por dentro y no por fuera. Antes de lanzarlas debían esperar a sentir el calor en las uña pero la humedad impidió notar el calor que la avisaba de la explosión y le estalló la dinamita en la mano. A pesar de la gravedad logró salvar la vida.





Tras conocer su historia, Ortega y Gasset fue a visitarla al hospital y se encargó de dar la noticia de su accidente a sus padres que se encontraban en Valencia.

La noticia fue viral e incluso Miguel Hernández le escribió un poema que conoció as ir a la radio a un recital de poesía en el que le leyó el poema.


En 1939, antes de que Franco entrara en Madrid, Rosario partió a Valencia, se reunió con su padre (de Izquierda Republicana), y se dirigieron a Alicante para huir. Pero fueron detenidos. Su padre fue fusilado y ella encarcelada y condenada a muerte, aunque la pena le fue conmutada por treinta años de cárcel, de los que sólo cumplió tres. Ya en libertad, se hizo vendedora de tabaco.

El 16 de abril de 2008 falleció en Madrid a los 88 años.



  👉👉RIDICULIZANDO A LAS MUJERES: COMO TODA LA VIDA. El mundo de los micromachismos: ‘DOY UNA NOTICIA A UNA CHICA DE LA QUE SOY RESPONSA...