COMUNICADO Colectivos y entidades mostramos nuestra profunda indignación ante la propuesta del PP de parar las expulsiones de mujeres migrantes si dan a sus hijos en adopción.
Los colectivos y entidades sociales firmantes queremos mostrar con este comunicado nuestra más profunda indignación ante la propuesta del Partido Popular de paralizar las deportaciones de las mujeres migrantes en situación administrativa irregular a cambio de dar a sus hijos e hijas en adopción. A pesar de los desmentidos y matizaciones que se han visto obligados a hacer posteriormente por el rechazo mayoritario a esta medida, expresamos nuestra gran preocupación por el mero hecho de que se haya llegado siquiera a plantear, así como por haberla hecho pública.
El plan anunciado por la agrupación de Pablo Casado instrumentaliza a las mujeres y la infancia migrante con un uso claramente electoralista de cara a la campaña y profundiza en el discurso racista y xenófobo que venimos escuchando respecto a las personas migrantes desde diferentes partidos políticos. El contenido de esta medida implica también una utilización burda y evidente de las mujeres migrantes como un medio para contribuir a aumentar la natalidad y mercantiliza de esta forma su cuerpo.
Por otra parte, consideramos que el planteamiento de esta cuestión obedece a una lógica de racismo institucional que ya se viene practicando desde hace décadas en el Estado español contra las mujeres migrantes, a las que en la actualidad se las puede deportar contra su voluntad aun estando embarazadas, en concreto hasta las 24 semanas de gestación; cuyos hijos e hijas, a pesar de haber nacido en el Estado español, no son reconocidos como ciudadanos o ciudadanas de pleno derecho -depende de la situación administrativa de su madre y padre-; y pueden ver cómo se les retira la custodia de sus hijos e hijas por el hecho de encontrarse en situación administrativa irregular.
Esta violencia contra las mujeres migrantes y sus hijos e hijas ya está sucediendo y es una de las razones que se añaden para exigir la derogación de la Ley de Extranjería que convierte a la población migrante en ciudadanos y ciudadanas de segunda, a merced de unos papeles para el reconocimiento de sus derechos, y que las expone a la explotación laboral y a todo tipo de abusos.
Por último, hacemos un llamamiento a la responsabilidad de los partidos y exigimos que deje de hacerse una utilización electoralista de las personas migrantes, así como a que pongan fin a los discursos racistas que suponen una enorme violencia contra las personas racializadas.
Ni las mujeres ni los pueblos somos territorio de conquista.
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